El dinero es renovable, pero el tiempo es simplemente irremplazable. Muchas veces pasa el día y no tenemos ni idea en qué gastamos nuestra existencia
Existen dos recursos sobre los que la mayoría se queja por no tenerlos en suficiente cantidad: tiempo y dinero. La escasez de estos se manifiesta en casi todas las conversaciones y es interesante ver las similitudes en el uso que le damos ambos recursos.
Al igual que con el dinero, el uso que le asignamos al tiempo tiene que ver con nuestros hábitos, con esas acciones diarias que van construyendo nuestra vida. A pesar de ser un recurso que no se puede recuperar y que solo decrece, tampoco hacemos un “registro” de nuestro uso del tiempo. Muchas veces pasa el día y no tenemos ni idea en qué gastamos el tiempo.
Dada la importancia de este recurso, y que perderlo implica muchas veces perder dinero, te dejamos tres recomendaciones que pueden ayudarte sacarle el máximo provecho:
Enfócate en una tarea a la vez:
Aunque el multitasking a primera vista parece ser algo muy atractivo y la solución a nuestro atareado estilo de vida, hay estudios que demuestran que nuestros cerebro no puede realizar varias tareas a la vez. La disminución de la atención y el aumento de los niveles de estrés, es contraproducente ya que atenta contra la calidad de las tareas que realizamos.
Conoce tu ritmo:
A veces creemos que somos como una máquina y actuamos como si cualquier momento del día fuese bueno para cualquier actividad. Nuestro organismo no tiene un rendimiento uniforme, tenemos horas altas, nuestro período de mayor actividad y eficacia, y horas bajas, donde hasta las tareas sencillas nos cuestan más. Identifica qué horas del día sientes más fuerza, si eres más un gallo o una lechuza.
Aplica la regla del 8:
Ocho horas de sueño, ocho horas de trabajo y ocho horas de ocio son la tabla perfecta para mantener una mente y cuerpo sanos. El primero en sugerir esta regla fue Robert Owen, cuando en 1817 empezó a hacer campaña para conseguir una jornada laboral de 8 horas, teniendo así tiempo para 8 horas de descanso y 8 de recreo.
Artículo escrito por Paula Vargas para la revista Estampas, publicado el 12-08-2020